¡Un trabajo llamado Peligro!
Cuando uno decide plasmar sobre el papel la trama de una novela de intriga basada en hechos reales ilícitos, la primera dificultad que deberá enfrentar es el peligro que corre al contrastar la información sobre los delitos, durante las investigaciones preliminares. En estos casos un trabajo de campo notable y sumamente arriesgado, en ocasiones con gran peligro físico personal, es inevitable.
En las obras que toman como punto de partida sórdidos hechos reales inconfesados, los informadores y otras veces los propios implicados son casi siempre gente sin escrúpulos. Si durante el diálogo presencial sospechan que podrías llegar a airear su secreto ilícito o a desvelar su verdadera identidad al mundo, da por sentado que tu vida estará corriendo un grave peligro.
Si eso además sucede en el Caribe, donde te despachan por unos pocos dólares,
todos los días te cuestionas si el peligro recurrente al que estás sometido, tratando
de obtener la máxima información de esa variopinta fauna, está en verdad justificado.
Te preguntas, una y otra vez, si tanto esfuerzo y riesgo obtendrán el reconocimiento que merecen por parte de agentes y editores, sin cuya apuesta tu obra jamás conseguiría llegar hasta la verdadera estrella de este escenario, el lector.
"Vencer sin peligro, es ganar sin gloria"
- Lucio Anneo Séneca
